Greta Thunberg, espero que los medios y esta atención mediática, artificial y excesiva, no acaben contigo y no destruyan tu sueño, el sueño compartido por tantas y tantos, de una economia y una política menos corrupta y virulenta con el planeta y, con toda aquella parte de la población, que la padece.

Aquellos que te ofrecieron un burro demuestran que todo tu entusiasmo y coraje se puede convertir en un absurdo.